sábado, 12 de julio de 2008

Claudio Rodríguez - Poesía completa (1953-1991)

Clara es la noche y, a veces, las palabras vienen desde lugares que no conocemos. Leyendo a Claudio Rodríguez uno entiende que los hombres hemos llegado a la tierra para hacer algo más que comer, dormir y matar. Y suena su voz, aturdida por los años y la vida, en algunos recitales grabados, y nos ilumina con esa forma de pronunciar tan suya, tan poco acorde, algunas veces, con la sublime altura de sus versos. Arrastrando las erres, rematando los versos como un juglar viejo, un juglar castellano de otro siglo, de otro tiempo.

Dicen que escribió poco, pero fue más que suficiente. Cinco libros que se leen en un suspiro y que ayudan a entender mejor este mundo y todos los mundos que existan, si es que existe alguno. Habla del amor, de la amistad, y de esa tierra de la que, poco a poco, nos vamos separando en pos de una modernidad de confusión y mentira.

AJENO


Largo se le hace el día a quien no ama
y él lo sabe. Y él oye ese tañido
corto y duro del cuerpo, su cascada
canción, siempre sonando a lejanía.
Cierra su puerta y queda bien cerrada;
sale y, por un momento, sus rodillas
se le van hacia el suelo. Pero el alba,
con peligrosa generosidad,
le refresca y le yergue. Está muy clara
su calle, y la pasea con pie oscuro,
y cojea en seguida porque anda
sólo con su fatiga. Y dice aire:
palabras muertas con su boca viva.
Prisionero por no querer, abraza
su propia soledad. Y está seguro,
más seguro que nadie porque nada
poseerá; y él bien sabe que nunca
vivirá aquí, en la tierra. A quien no ama,
¿cómo podemos conocer o cómo
perdonar? Día largo y aún más larga
la noche. Mentirá al sacar la llave.
Entrará. Y nunca habitará su casa.

Claudio Rodríguez - Poesía completa (1953-1991). Editorial Tusquets. [+]

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